Uno de los conjuros más apreciados por los magos de todos los tiempos, por su enormes y variadas posibilidades es el conjuro de invisibilidad. Te permite ocultarte del peligro o convertirte en alguien más peligroso, si prefieres jugar a la ofensiva. Te permite infiltrarte en los sitios, obtener información...
Pero muchos pasan por alto una de sus más dañinas aplicaciones: hacer invisible a otro. Es una forma de aislarlo estupenda. Y realmente molesta. Y triste, para el que la recibe. A veces creo que alguien usa esa táctica contra mí. En verdad, muchas veces veo como la gente no se da cuenta de que, en esa esquinita apartada, hay chaval alto con el pelo largo (que por si no caeis, soy yo, claro está). Y a veces viene bien, por eso de que, como dije, obtienes información, o evitas que alguien venga a molestarte. Pero muchas otras veces, realmente es algo que puede hundirte en la miseria durante un tiempo, hasta que alguien atraviesa el velo reflectante.
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