viernes, 22 de abril de 2011

Fear.

No recuerdo la última vez que tuve miedo del modo en que lo tengo ahora. Estar tumbado en la cama y notar el temblor de tu cuerpo, y saber que el frío no tiene nada que ver. Los nervios tal vez, pero en cualquier caso, son nervios por causa del miedo.
Miedo al futuro. Miedo porque las cosas cambiarán, por mucho que pensemos que no lo harán o tratemos de evitarlo. Miedo ante un futuro incierto. Miedo a perder lo que se tiene. Miedo a no ganar lo que se quiere. Miedo a sufrir, a estar triste, a estar solo...
Porque esas cosas pasarán. El mundo cambia ante mis ojos, pero yo no. En el fondo sigo siendo como hace tres años: sigo encontrando dificultades para la interacción social, sigo teniendo a pocos en los que pueda confiar en los momentos más duros (puede que incluso menos que antes).
Encuentro difícil sentirme cómodo en grupos de más de tres personas, incluyéndome a mí. Si el grupo es más grande, acabo por ser dejado a un lado (por ser el menos sociable) o por automarginarme.
Encuentro difícil manejarme con el contacto humano. Bueno, a medias. En privado, un poco menos, porque no hay nadie para malinterpretar mis intenciones. En público... bueno, cualquiera está dispuesto a pensar mal por un simple abrazo. Y aparte de eso está el tema de la confianza con los que hay alrededor.
Encuentro difícil confiar en la gente. O mejor dicho, quiero encontrar dificultades en confiar en la gente. Por autoprotección. Por elitismo. Por muchas cosas. Dar mi plena confianza a cualquiera sería mermar el valor de la misma. Por eso son pocos los que la tienen.
Y en parte, me gusta que sea así. Todos lo decimos "Calidad antes que cantidad". Y es verdad, no nos engañemos (bueno, depende de cosas, pero para la mayoría sí es así).
Y ahí se vuelve al punto de partida: el mundo cambia. Y los que hoy están aquí, mañana no. Y sí, vale, Internet salva las distancias... pero hasta cierto punto. Internet no te dará un abrazo cuando lo necesites, ni te dará una palmadita de ánimo en la espalda, ni un beso para subierte el ánimo, ni una caricia para sentirte cerca de la persona con la que hablas. Y eso cuando solo sea la distancia. Hay cosas peores que la distancia, supongo. Pero ese es el hecho. Y a ese hecho hay que añadir más cosas: ¿Qué haré al año que viene? ¿Pruebo con Infantil y me arriesgo a perder 4 años de mi vida? ¿Busco trabajo en la academia y me arriesgo a que no me contraten nunca en un colegio por falta de titulación? Lo que es más: ¿Llegaré a aprobar unas oposiciones? ¿Llegaré a encontrar trabajo? Y si lo hago ¿Será en Burgos? ¿O será en un pueblo alejado de la civilización? ¿Y qué sería mejor, sinceramente? ¿ Y si me atropella un coche? ¿Y si quedo postrado en una cama de por vida? ¿Qué haré entonces?
Lo que es claro es que nunca tendré las cosas tan fáciles como hoy. O tal vez sí. Pero hoy por hoy no están mal del todo. Congelar el avance del tiempo. No, mejor, ciclar el tiempo, como en esa película "Atrapado en el tiempo". El mismo día una y otra vez. ¿Problemas? En la peli, solo el protagonista recordaba lo que había pasado el "día anterior". Pero, ¿y si la gente en la que confío también lo recordase? Sería elegante. Tiempo cuasi-infinito para hacer lo que nos guste. Juntos. Y un día, todo volvería al curso normal del tiempo lineal, sin bucles ni nada raro. Y para entonces, daría igual lo que pasara, porque ya habría tenido una vida junto a ellos. ¿Sería capaz de conformarme? Puede que no, puede que sí. Pero que me quiten lo "bailao", porque la felicidad ya habría sido alcanzada.
Eso es.
Tengo que alcanzarla.
Ahora.
Antes de que el mundo cambie y nos ponga patas arriba a todos.

No sé si algo de lo que he dicho tiene un mínimo de coherencia. Algún día me releeré esto con más calma.

PD: Una vez más, necesito feedbak. Necesito saber lo que pensais.

3 comentarios:

  1. Lo primero: lo que has dicho sí tiene coherencia ^^

    Lo siguiente... no sé que decir... No pierdas el tiempo teniendo miedo, al menos no más tiempo que un ratín un día.
    Inevitable va a ser que las cosas cambién.. pero cómo te afecten es cosa tuya.
    Te llegará el sufrimiento pero también te llegará la dicha. Y auqnue itnernet solo ayude poco a salvar las distancias, si ayuda a no perder la conexión con las personas a las que eches de menos, lo suficiente hasta sacar tiempo para escaparte a verlas en persona (Si tienes un porqué, siempre hallarás el cómo)

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  2. Vives siempre demasiado cerrado. Ojalá los cambios del año que viene te ayuden a abrirte un poco, o la sociedad te va a comer.

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  3. Es difícil no tener miedo. Todos lo tenemos. Pero mientras no dejes que dirija tu vida... todo irá bien.

    Y que una persona esté lejos no impide que tengas la misma confianza con ella cada vez que habléis u os encontréis, ¿no? :D

    O eso quiero creer yo...

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