Llevo cosa de un par de días sintiendome raro.
Vacío.
Me falta algo, no estoy seguro el qué, pero me falta algo últimamente.
Y como consecuencia, pierdo las ganas de hacer cualquier cosa.
No me gusta esta sensación, es francamente horrible.
¿Quién soy?
¿Quién está ahí?
Hay palabras huecas, vacías de significado.
Faltan actos que les den sentido.
Lloro.
¿Quién soy?
¿Qué soy?
¿Quién está ahi?
Cierro los ojos.
Me hundo en un mar negro.
Lágrimas.
Es dificil mantenerse a flote cuando no sabes nadar.
Los botes de salvamento están lejos. U ocupados. O hundidos.
Me hundo.
El agua entra en mis pulmones.
Y yo cierro los ojos.
Me dejo arrastrar hacia el fondo.
Sin fuerzas.
Sin ganas.
Hace frío.
El calor se fue.
Y yo sigo esperando que vuelva.
Solo esperando.
Gritando.
Hace frío.
viernes, 29 de abril de 2011
viernes, 22 de abril de 2011
Fear.
No recuerdo la última vez que tuve miedo del modo en que lo tengo ahora. Estar tumbado en la cama y notar el temblor de tu cuerpo, y saber que el frío no tiene nada que ver. Los nervios tal vez, pero en cualquier caso, son nervios por causa del miedo.
Miedo al futuro. Miedo porque las cosas cambiarán, por mucho que pensemos que no lo harán o tratemos de evitarlo. Miedo ante un futuro incierto. Miedo a perder lo que se tiene. Miedo a no ganar lo que se quiere. Miedo a sufrir, a estar triste, a estar solo...
Porque esas cosas pasarán. El mundo cambia ante mis ojos, pero yo no. En el fondo sigo siendo como hace tres años: sigo encontrando dificultades para la interacción social, sigo teniendo a pocos en los que pueda confiar en los momentos más duros (puede que incluso menos que antes).
Encuentro difícil sentirme cómodo en grupos de más de tres personas, incluyéndome a mí. Si el grupo es más grande, acabo por ser dejado a un lado (por ser el menos sociable) o por automarginarme.
Encuentro difícil manejarme con el contacto humano. Bueno, a medias. En privado, un poco menos, porque no hay nadie para malinterpretar mis intenciones. En público... bueno, cualquiera está dispuesto a pensar mal por un simple abrazo. Y aparte de eso está el tema de la confianza con los que hay alrededor.
Encuentro difícil confiar en la gente. O mejor dicho, quiero encontrar dificultades en confiar en la gente. Por autoprotección. Por elitismo. Por muchas cosas. Dar mi plena confianza a cualquiera sería mermar el valor de la misma. Por eso son pocos los que la tienen.
Y en parte, me gusta que sea así. Todos lo decimos "Calidad antes que cantidad". Y es verdad, no nos engañemos (bueno, depende de cosas, pero para la mayoría sí es así).
Y ahí se vuelve al punto de partida: el mundo cambia. Y los que hoy están aquí, mañana no. Y sí, vale, Internet salva las distancias... pero hasta cierto punto. Internet no te dará un abrazo cuando lo necesites, ni te dará una palmadita de ánimo en la espalda, ni un beso para subierte el ánimo, ni una caricia para sentirte cerca de la persona con la que hablas. Y eso cuando solo sea la distancia. Hay cosas peores que la distancia, supongo. Pero ese es el hecho. Y a ese hecho hay que añadir más cosas: ¿Qué haré al año que viene? ¿Pruebo con Infantil y me arriesgo a perder 4 años de mi vida? ¿Busco trabajo en la academia y me arriesgo a que no me contraten nunca en un colegio por falta de titulación? Lo que es más: ¿Llegaré a aprobar unas oposiciones? ¿Llegaré a encontrar trabajo? Y si lo hago ¿Será en Burgos? ¿O será en un pueblo alejado de la civilización? ¿Y qué sería mejor, sinceramente? ¿ Y si me atropella un coche? ¿Y si quedo postrado en una cama de por vida? ¿Qué haré entonces?
Lo que es claro es que nunca tendré las cosas tan fáciles como hoy. O tal vez sí. Pero hoy por hoy no están mal del todo. Congelar el avance del tiempo. No, mejor, ciclar el tiempo, como en esa película "Atrapado en el tiempo". El mismo día una y otra vez. ¿Problemas? En la peli, solo el protagonista recordaba lo que había pasado el "día anterior". Pero, ¿y si la gente en la que confío también lo recordase? Sería elegante. Tiempo cuasi-infinito para hacer lo que nos guste. Juntos. Y un día, todo volvería al curso normal del tiempo lineal, sin bucles ni nada raro. Y para entonces, daría igual lo que pasara, porque ya habría tenido una vida junto a ellos. ¿Sería capaz de conformarme? Puede que no, puede que sí. Pero que me quiten lo "bailao", porque la felicidad ya habría sido alcanzada.
Eso es.
Tengo que alcanzarla.
Ahora.
Antes de que el mundo cambie y nos ponga patas arriba a todos.
No sé si algo de lo que he dicho tiene un mínimo de coherencia. Algún día me releeré esto con más calma.
PD: Una vez más, necesito feedbak. Necesito saber lo que pensais.
Miedo al futuro. Miedo porque las cosas cambiarán, por mucho que pensemos que no lo harán o tratemos de evitarlo. Miedo ante un futuro incierto. Miedo a perder lo que se tiene. Miedo a no ganar lo que se quiere. Miedo a sufrir, a estar triste, a estar solo...
Porque esas cosas pasarán. El mundo cambia ante mis ojos, pero yo no. En el fondo sigo siendo como hace tres años: sigo encontrando dificultades para la interacción social, sigo teniendo a pocos en los que pueda confiar en los momentos más duros (puede que incluso menos que antes).
Encuentro difícil sentirme cómodo en grupos de más de tres personas, incluyéndome a mí. Si el grupo es más grande, acabo por ser dejado a un lado (por ser el menos sociable) o por automarginarme.
Encuentro difícil manejarme con el contacto humano. Bueno, a medias. En privado, un poco menos, porque no hay nadie para malinterpretar mis intenciones. En público... bueno, cualquiera está dispuesto a pensar mal por un simple abrazo. Y aparte de eso está el tema de la confianza con los que hay alrededor.
Encuentro difícil confiar en la gente. O mejor dicho, quiero encontrar dificultades en confiar en la gente. Por autoprotección. Por elitismo. Por muchas cosas. Dar mi plena confianza a cualquiera sería mermar el valor de la misma. Por eso son pocos los que la tienen.
Y en parte, me gusta que sea así. Todos lo decimos "Calidad antes que cantidad". Y es verdad, no nos engañemos (bueno, depende de cosas, pero para la mayoría sí es así).
Y ahí se vuelve al punto de partida: el mundo cambia. Y los que hoy están aquí, mañana no. Y sí, vale, Internet salva las distancias... pero hasta cierto punto. Internet no te dará un abrazo cuando lo necesites, ni te dará una palmadita de ánimo en la espalda, ni un beso para subierte el ánimo, ni una caricia para sentirte cerca de la persona con la que hablas. Y eso cuando solo sea la distancia. Hay cosas peores que la distancia, supongo. Pero ese es el hecho. Y a ese hecho hay que añadir más cosas: ¿Qué haré al año que viene? ¿Pruebo con Infantil y me arriesgo a perder 4 años de mi vida? ¿Busco trabajo en la academia y me arriesgo a que no me contraten nunca en un colegio por falta de titulación? Lo que es más: ¿Llegaré a aprobar unas oposiciones? ¿Llegaré a encontrar trabajo? Y si lo hago ¿Será en Burgos? ¿O será en un pueblo alejado de la civilización? ¿Y qué sería mejor, sinceramente? ¿ Y si me atropella un coche? ¿Y si quedo postrado en una cama de por vida? ¿Qué haré entonces?
Lo que es claro es que nunca tendré las cosas tan fáciles como hoy. O tal vez sí. Pero hoy por hoy no están mal del todo. Congelar el avance del tiempo. No, mejor, ciclar el tiempo, como en esa película "Atrapado en el tiempo". El mismo día una y otra vez. ¿Problemas? En la peli, solo el protagonista recordaba lo que había pasado el "día anterior". Pero, ¿y si la gente en la que confío también lo recordase? Sería elegante. Tiempo cuasi-infinito para hacer lo que nos guste. Juntos. Y un día, todo volvería al curso normal del tiempo lineal, sin bucles ni nada raro. Y para entonces, daría igual lo que pasara, porque ya habría tenido una vida junto a ellos. ¿Sería capaz de conformarme? Puede que no, puede que sí. Pero que me quiten lo "bailao", porque la felicidad ya habría sido alcanzada.
Eso es.
Tengo que alcanzarla.
Ahora.
Antes de que el mundo cambie y nos ponga patas arriba a todos.
No sé si algo de lo que he dicho tiene un mínimo de coherencia. Algún día me releeré esto con más calma.
PD: Una vez más, necesito feedbak. Necesito saber lo que pensais.
jueves, 21 de abril de 2011
Comet (Houki-boshi)
Es una canción elegante.
En japonés también.
Pero en japonés no la entiendo, es el problema.
sábado, 16 de abril de 2011
Teclis.
"Teclis, hermano gemelo del poderoso príncipe Tyrion, es el extremo opuesto de su hermano. Si físico es frágil y debe beber pociones mágicas de su propia creación para poder sostenerse por sí mismo. No es un maestro de la espada o la estrategia (como su hermano); sin embargo, es el Mago Alto Elfo más poderoso de esta era y su dominio del arte de la magia no ha sido superado por ninguna otra criatura viva. Se dice que su poder es similar al del Gran Nigromante Nagash, por lo que es una suerte que Teclis haya consagrado su vida a derrotar a los poderes del Caos y de la muerte. Fue Teclis el que enseñó a los hechiceros imperiales a controlar las energías de la magia y los Colegios de Magia se establecieron siguiendo instrucciones suyas. Gracias a la ayuda de Teclis, el Emperador Magnus el Piadoso pudo derrotar a las fuerzas de los Dioses Oscuros en la última Gran Guerra contra el Caos. En verdad, Teclis es uno de aquellos héroes legendarios cuyas acciones dan forma al mundo"
Claro, cuando te lo pintan como tísico y débil, no mola tanto. Pero luego llega la parte de "con un chasquido de dedos puede incendiar una ciudad entera" y bueno, cambian las cosas.
La verdad es que, en parte, me veo similar a Teclis. Bien vale, ahora es cuando soltais un "Vaya, Diego, que modesto que eres" y yo os tendré que decir que es cierto, he cogido a uno de los mejores. Pero leches, tampoco es que yo sea la cosa más mediocre del mundo. Me identifico con Teclis por varios aspectos, pero creo que el principal, ya lo habéis deducido: frágil y enfermizo. Y es que, admitámoslo: no soy el referente de salud ni potencia física para nada. Pero en relación con ese aspecto va otro unido de forma inseparable: la inteligencia. Sí, vale, me estoy poniendo un poco por las nubes, pero de vez en cuando, un poco de orgullo propio no está de más. Siempre me he visto como un tipo con materia gris en la sesera. Que luego no lo haya aprovechado metiéndome en una de las carreras más simplonas que existen, lo admito. Pero ahí viene otra vinculación: el magisterio, bien sea del inglés o de la magia (al fin y al cabo, yo enseño las dos cosas). Es un tratar de mejorar el mundo que hay, porque sabemos que si no lo hacemos, el futuro que le queda es más bien limitado. Y bueno, por último está la magia... la magia lo impregna todo. Es la esencia de la vida, la energía vital, la chispa del dinamismo. Ah, casi se me olvidaba... está también que es un alto elfo. Ser un humano hubiera sido demasiado corriente, y por otro lado, demasiado vulgar también. Hay un cierto refinamiento interno en lo que hago que está por encima del humano medio, al igual que hay un refinamiento en el arte élfico que escapa de la capacidad de los humanos del Imperio.
Ah, pero Teclis tiene su lado oscuro, sin importar cuán dedicadamente luche por el bien y la estabilidad. Es lo que tiene vivir a la sombra de un hermano. Tyrion. *Sigh* Las gentes aclaman a Tyrion a su paso, es el grán héroe de la nación. Tyrion ha derrotado a varios héroes elfos oscuros, así como de otras razas, en combate singular. Tyrion es el líder inspirador al que todos los guerreros admiran. Al fin y al cabo, es un estratega nato y un guerrero sin parangón. Tyrion es el héroe en el que todo niño elfo quiere convertirse. Es el hombre con el que todas las mujeres sueñan; sueñan con su resplandeciente atractivo, su físico escultural y su fortaleza sin igual. Incluso las mujeres que están con Teclis ansían ir con él.
"Su hermano es poderoso; él es débil. Teclis habla con palabras justas y sus ideales son siempre nobles; Teclis es un conversador mordaz y cruel"
Vivir a la sombra de aquel que representa lo que la gente ama turtura el alma de cualquiera. Pocos son los que reconocen las hazañas de Teclis, y quienes lo hacen son en su mayoría, aquellos compañeros magos que saben como se siente un hechicero respecto al comandante militar. La gente olvida que Teclis arriesgó su vida para rescatar a Tyrion y a la Reina Eterna de un Gran Demonio. Pero quién se llevó el título de campeón de la Reina fue Tyrion. A nadie le gusta un campeón flojucho.
¿Y qué? Pues sí, con eso también me siento identificado. Los hombres se reunen en torno al tipo carismático, y yo no lo soy. Las mujeres asedian con atenciones al hombre con atractivo, y tampoco gasto de eso. Y los niños quieren ser como los héroes de leyenda, capaces de matar a un dragón si hace falta, y si exceptuamos en los videojuegos, yo tampoco puedo hacerlo. No, no voy a decir que eso me apene, para nada. Tyrion y los que siguen su senda tendrán esas recompensas. Pero Teclis y los que seguimos sus pasos tenemos algo mágico, muy superior al potencial que se ve a simple vista.
Magia.
O tal vez no sea magia. Pero desde hace cosa de una semana, sé que soy el mejor en algo, y solo con saber eso tengo toda la energía que me hace falta para luchar... y llevarme ejércitos enteros por delante si hace falta.
Y ya que me pongo a alabarme, añadiré que la imagen que hay arriba la dibujé yo. Luego el escaner la dejó como la veis.
Claro, cuando te lo pintan como tísico y débil, no mola tanto. Pero luego llega la parte de "con un chasquido de dedos puede incendiar una ciudad entera" y bueno, cambian las cosas.
La verdad es que, en parte, me veo similar a Teclis. Bien vale, ahora es cuando soltais un "Vaya, Diego, que modesto que eres" y yo os tendré que decir que es cierto, he cogido a uno de los mejores. Pero leches, tampoco es que yo sea la cosa más mediocre del mundo. Me identifico con Teclis por varios aspectos, pero creo que el principal, ya lo habéis deducido: frágil y enfermizo. Y es que, admitámoslo: no soy el referente de salud ni potencia física para nada. Pero en relación con ese aspecto va otro unido de forma inseparable: la inteligencia. Sí, vale, me estoy poniendo un poco por las nubes, pero de vez en cuando, un poco de orgullo propio no está de más. Siempre me he visto como un tipo con materia gris en la sesera. Que luego no lo haya aprovechado metiéndome en una de las carreras más simplonas que existen, lo admito. Pero ahí viene otra vinculación: el magisterio, bien sea del inglés o de la magia (al fin y al cabo, yo enseño las dos cosas). Es un tratar de mejorar el mundo que hay, porque sabemos que si no lo hacemos, el futuro que le queda es más bien limitado. Y bueno, por último está la magia... la magia lo impregna todo. Es la esencia de la vida, la energía vital, la chispa del dinamismo. Ah, casi se me olvidaba... está también que es un alto elfo. Ser un humano hubiera sido demasiado corriente, y por otro lado, demasiado vulgar también. Hay un cierto refinamiento interno en lo que hago que está por encima del humano medio, al igual que hay un refinamiento en el arte élfico que escapa de la capacidad de los humanos del Imperio.
Ah, pero Teclis tiene su lado oscuro, sin importar cuán dedicadamente luche por el bien y la estabilidad. Es lo que tiene vivir a la sombra de un hermano. Tyrion. *Sigh* Las gentes aclaman a Tyrion a su paso, es el grán héroe de la nación. Tyrion ha derrotado a varios héroes elfos oscuros, así como de otras razas, en combate singular. Tyrion es el líder inspirador al que todos los guerreros admiran. Al fin y al cabo, es un estratega nato y un guerrero sin parangón. Tyrion es el héroe en el que todo niño elfo quiere convertirse. Es el hombre con el que todas las mujeres sueñan; sueñan con su resplandeciente atractivo, su físico escultural y su fortaleza sin igual. Incluso las mujeres que están con Teclis ansían ir con él.
"Su hermano es poderoso; él es débil. Teclis habla con palabras justas y sus ideales son siempre nobles; Teclis es un conversador mordaz y cruel"
Vivir a la sombra de aquel que representa lo que la gente ama turtura el alma de cualquiera. Pocos son los que reconocen las hazañas de Teclis, y quienes lo hacen son en su mayoría, aquellos compañeros magos que saben como se siente un hechicero respecto al comandante militar. La gente olvida que Teclis arriesgó su vida para rescatar a Tyrion y a la Reina Eterna de un Gran Demonio. Pero quién se llevó el título de campeón de la Reina fue Tyrion. A nadie le gusta un campeón flojucho.
¿Y qué? Pues sí, con eso también me siento identificado. Los hombres se reunen en torno al tipo carismático, y yo no lo soy. Las mujeres asedian con atenciones al hombre con atractivo, y tampoco gasto de eso. Y los niños quieren ser como los héroes de leyenda, capaces de matar a un dragón si hace falta, y si exceptuamos en los videojuegos, yo tampoco puedo hacerlo. No, no voy a decir que eso me apene, para nada. Tyrion y los que siguen su senda tendrán esas recompensas. Pero Teclis y los que seguimos sus pasos tenemos algo mágico, muy superior al potencial que se ve a simple vista.
Magia.
O tal vez no sea magia. Pero desde hace cosa de una semana, sé que soy el mejor en algo, y solo con saber eso tengo toda la energía que me hace falta para luchar... y llevarme ejércitos enteros por delante si hace falta.
Y ya que me pongo a alabarme, añadiré que la imagen que hay arriba la dibujé yo. Luego el escaner la dejó como la veis.
miércoles, 6 de abril de 2011
sábado, 2 de abril de 2011
Blog.
¿Quién me iba a decir que al final iba a usar tanto el blog?
La verdad es que es una herramienta de desahogo espectacular: es escribir aquí lo que me preocupa o lo que tengo en mente y me siento mejor. Y eso, aun sin saber si la gente lo lee. Bueno, creo que sí, que me leéis, principalmente porque acabo de mirar mis estadísticas y a las dos de la noche, nunca he entrado en mi blog... aunque del resto, no sé cuantas de las visitas son mías. Da igual, estoy conforme.
Y la verdad es que empecé a escribir esta entrada con otro objetivo, aunque no recuerdo muy bien cual. El título todavía sigue en mi mente: Self-understanding. Creo que también tenía que ver con el blog.
Sí, sí, ya recuerdo. Recuerdo también que estuve pensando en escribirlo esta mediodía. Llegaron a mi memoria recuerdos de aquella entrada en la que me planteaba si seguir con el blog, por no tener comentarios. Grimoires se titulaba, si no me falla la materia gris. Que claro, tenía su razón de ser: una cosa es que me relaje o me anime escribir lo que me pasa en este blog... pero otra muy diferente es escribir para nadie. "Sería como predicar en el desierto", me viene a la mente mientras escribo estas líneas.
En cualquier caso, no, ya no es la falta de comentarios lo que me preocupa. O lo que me molesta, porque no estoy seguro demasiado bien de cuales son mis sentimientos respecto a este asunto. Eso es algo que tengo muy asumido que no voy a recibir casi nunca, y lo comprendo. Ahora me preocupa algo más si realmente se me entiende cuando escribo. "Chinese poetry", ese era el título que había pensado ponerle a esta entrada por la mañana (sí, realmente pienso mucho lo que voy a escribir aquí... bueno, pienso mucho en general). El título en cuestión se explicaba de forma muy sencilla: es dificil entender chino, no muchos saben hablarlo en España (aunque cada vez sean más, me entendéis. Es como el dicho de "me suena a chino"), pero mucho más difícil es entender la lírica china (ya es difícil en castellano, imaginaos en otro idioma).
Claro, lo que escribo es subjetivo, es algo que está en mi mente... y mi mente es un auténtico caos literario. Pero no sé. Quiero decir: si la gente no comprende lo que escribo ¿Por qué no me pregunta que quiero decir? Y si lo hace, ¿Cómo es posible que no pregunte que es lo que me hace sentirme así?
La verdad es que es una herramienta de desahogo espectacular: es escribir aquí lo que me preocupa o lo que tengo en mente y me siento mejor. Y eso, aun sin saber si la gente lo lee. Bueno, creo que sí, que me leéis, principalmente porque acabo de mirar mis estadísticas y a las dos de la noche, nunca he entrado en mi blog... aunque del resto, no sé cuantas de las visitas son mías. Da igual, estoy conforme.
Y la verdad es que empecé a escribir esta entrada con otro objetivo, aunque no recuerdo muy bien cual. El título todavía sigue en mi mente: Self-understanding. Creo que también tenía que ver con el blog.
Sí, sí, ya recuerdo. Recuerdo también que estuve pensando en escribirlo esta mediodía. Llegaron a mi memoria recuerdos de aquella entrada en la que me planteaba si seguir con el blog, por no tener comentarios. Grimoires se titulaba, si no me falla la materia gris. Que claro, tenía su razón de ser: una cosa es que me relaje o me anime escribir lo que me pasa en este blog... pero otra muy diferente es escribir para nadie. "Sería como predicar en el desierto", me viene a la mente mientras escribo estas líneas.
En cualquier caso, no, ya no es la falta de comentarios lo que me preocupa. O lo que me molesta, porque no estoy seguro demasiado bien de cuales son mis sentimientos respecto a este asunto. Eso es algo que tengo muy asumido que no voy a recibir casi nunca, y lo comprendo. Ahora me preocupa algo más si realmente se me entiende cuando escribo. "Chinese poetry", ese era el título que había pensado ponerle a esta entrada por la mañana (sí, realmente pienso mucho lo que voy a escribir aquí... bueno, pienso mucho en general). El título en cuestión se explicaba de forma muy sencilla: es dificil entender chino, no muchos saben hablarlo en España (aunque cada vez sean más, me entendéis. Es como el dicho de "me suena a chino"), pero mucho más difícil es entender la lírica china (ya es difícil en castellano, imaginaos en otro idioma).
Claro, lo que escribo es subjetivo, es algo que está en mi mente... y mi mente es un auténtico caos literario. Pero no sé. Quiero decir: si la gente no comprende lo que escribo ¿Por qué no me pregunta que quiero decir? Y si lo hace, ¿Cómo es posible que no pregunte que es lo que me hace sentirme así?
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