viernes, 29 de octubre de 2010

Thursday.

Si. Ayer empezó bien. Clavé ese examen de historia que me preocupaba. Enrique II, la Carta Magna , las Provisiones de Oxford y las consecuencias de la Guerra de los Cien Años. No me atreví a ponerme un 9,5 o un 9 en la autovaloración del examen, porque aunque estuviera seguro de que no me faltaba nada, me parece que hubiera sido un tanto arrogante. Al final me adjudiqué un 8,5. El 10 para Dios y el 9 para mí, decía el profesor de una amiga (o eso asegura ella).
Luego vino la reunión para repartir las prácticas en colegios. Me tocó el colegio que quería, pero en infantil, de modo que solo impartimos 4 horas de inglés a la semana. Claro, me pareció un poco penoso. A lo mejor una profe me apaña las cosas para que pueda estar el segundo mes con una profe de primaria (recemos por ello). Aunque claro, luego, algo me dice que las profesoras del colegio me guardarán rencor por ello. Supongo que la de infantil se lo tomará como que no me gusta su forma de dar clase. Pero bueno, todo se andará.
Luego degusté un nuevo capítulo del manga de Bleach, un tanto penosete, a mi parecer. pero oye, a lo mejor luego evoluciona de forma correcta y se convierte en algo interesante.
Y bueno, la tarde movidita. Había que comprar complementos para disfrazarse por la noche, había que tratar de organizar a los americanos... Bueno, lo de los complementos bien (aunque faltó la pistola, pero bueno, lo puedo pasar). Lo que me da de pensar son los americanos. Creo que no había hablado de dos incorporaciones más recientes: Nick, un chaval ingenioso, que lidera conmigo una revolución contra la ambigüedad y hace puenting desde la catedral; y Alison, una chica muy simpática (y muy guapa ella, todo sea dicho). Bueno, la cuestión es que pedí que se propagara la intención de salir por la noche entre el sector Michigan, pero a la hora de quedar, solo había un chaval, Brendan (no sé si lo había mencionado). Y a los 20 minutos, dice que va a buscar al resto, y vuelve con dos chicas americanas más y la mitad de mi clase (todos ellos luciendo sendos monos de trabajo con sangre de pega). Y no sé que pensar. Tal vez no le caiga bien al sector americano. O no tan bien como pensaba. Y los desengaños sociales no suelo tomármelos bien...
Pero bueno, ahí estuve, con un flamante traje, corbata roja, gafas, el pelo teñido de gris canoso (recogido con un lazo amarillo, muy elegante todo) y una bata llena de sangre (para hacer juego con la corbata. El hecho de que medio burgos estuviera disfrazado y el llvar conmigo a un zombie con traje de ejecutivo (Mr. Lezcano) y una... nosequé lolita (vamos, Andrea con un vestido blanco de lolita, pero lleno de sangre) ayudó a no sentirme extraño enormemente (aunque después de salir como Mayuri el año pasado, estoy entrenado para estas contingencias).
Veremos. Veremos como se desarrollan las cosas estos días...
Oh, casi se me olvidaba que estuve a punto de perder la cartera... Pero esa es una historia para contar directamente, a ser posible en persona o por teléfono.

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