miércoles, 3 de noviembre de 2010

People.

"Things don't make people happy.
People make people happy."

Siempre hay alguien que consigue animarme, aunque no siempre sea la misma persona. Pero lo importante es que tengo un grupito de personas que tienen el don místico de devolverme la sonrisa. Es algo auténticamente mágico cuando se está deprimido y viene alguien a sacarte de ese pozo de oscuridad. Da fuerzas, rejuvenece, eleva el espíritu. Parece simple, pero es una auténtica demostración de poder y empatia que no todos somos capaces de alcanzar.

La felicidad depende en gran medida de la relación que tengamos con la gente que hay a nuestro alrededor, no de las cosas que nos pertenezcan. Prefiero 5 minutos de conversación trascendental, o de discusión filosófica, o de charla sobre lo que nos acontece en la vida antes que un ordenador nuevo, un i-phone o un coche. Dirán ustedes que no me lo creo ni yo, pero la verdad es que sí me lo creo. El ordenador nuevo sería un auténtico engorro para ser instalado, el i-phone no sabría ni por dónde cogerlo y el cohe, seguramente, tampoco. Pero esos 5 minutitos de diálogo... me dan la vida, hijos míos; me dan la vida.

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