jueves, 30 de septiembre de 2010

Journey.

Los viajes son muy instructivos. Le enseñan a uno nuevas formas de ver la realidad. Uno gana nuevos conocimientos, nuevos contactos... Ciertamente son enriquecedores.
Pero no hay nada que no tenga un reverso. Por norma general son caros (si no lo es el viaje en sí, lo es la estancia). También te impide ver a la gente que quieres durante su duración, a menos que te los lleves contigo. En ocasiones llevan su tiempo (a menos que uses un portal de teletranspote, en cuyo caso, estarás arriesgándote a la llamada "bipartición"). Y en casos como el mío, implican inseguridad.
¿Ir a Londres a hacer un mes de prácticas en colegios? ¿Qué comería? No puedo vivir exclusivamente de pasta y precocinados. Y luego están problemas que podrían surgir con la familia que me alojase (por las largas duraciones de mis duchas, abusar de la lavadora o demás cosillas).

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